viernes, agosto 29, 2008

Entrevista al Capitán América

Cuénteme algunos detalles sobre ud, Cap. ¿Dónde nació?

Nací en Manhattan, en 1917. Ahí viví toda mi vida. Mis padres eran inmigrantes irlandeses, llegados a principios de siglo a los Estados Unidos. Siempre fui un chico y un adolescente "average"... Fui a la escuela, sin destacarme especialmente en ninguna materia o actividad física... salvo, quizás, en las clases de arte. Siempre me gustó dibujar y pintar. A eso me dedicaba cuando entré al Ejército, en 1940. Fui rechazado dos veces para el adiestramiento, pero finalmente logré entrar. A principios de 1942, cuando los Estados Unidos entran en la Segunda Guerra Mundial, fui enviado al frente.

¿Y después?

Después... tres años y medio luchando contra los nazis, los japoneses y contra enemigos de nombres y apariencias ridículas. Estuve en los desembarcos "Torch" en Africa, participé del desembarco de Normandía y fui uno de los primeros soldados aliados -si no el primero- en saltar en paracaídas sobre Berlín. Además, participé de los combates en Okinawa y formé parte de las primeras fuerzas que pisaron el territorio del Japón.



¿Qué recuerdo tiene de aquellos años?

Como se podrá imaginar, fueron muy intensos... A cualquiera le cuesta acomodarse al ritmo de guerra. Se duerme poco y se marcha mucho, con frecuencia con algún equipo pesado sobre la espalda. Hay que estar siempre alerta, porque el enemigo puede aparecer en cualquier momento.



¿Cuál es la experiencia más vívida que le quedó de la guerra?

El desembarco de Normandía, sin ninguna duda. Cuando nos embarcaron en Portsmouth, los soldados pedían ir en el mismo lanchón en que iba yo. Mi imagen les inspiraba confianza. Yo trataba de hacerme el macho. Por supuesto, no sabían que yo tenía tanto miedo como cualquiera de ellos.

Desembarqué como parte de la segunda oleada, o sea que los nazis ya habían masacrado a muchos de nuestros muchachos. Mi comando tuvo suerte. Nos ayudó la artillería naval, que si bien cubrió nuestro avance hacia los nidos de ametralladoras, también nos jugó en contra: un par de proyectiles cayeron de lleno sobre nosotros. Y no había manera de avisarles a los de los barcos que debían corregir la trayectoria de sus disparos.

¿Nunca se aburrió de esa vida?

Soy un soldado, y es mi deber. Entré al Ejército sabiendo a lo que me exponía y lo que me esperaba. Nunca renegué de esta vida.

A ud. se lo ha definido como un luchador por la libertad y la justicia. ¿Piensa que la bandera que ud. lleva en el pecho es un buen símbolo para esos conceptos?

Los Estados Unidos tienen miserias como cualquier otro país del mundo. Más allá de la bandera o el color al que uno represente, tanto la libertad como la justicia son conceptos universales, y yo lucho por ellos. Esa fue la razón por la que decidí entrar al Ejército.

Sin embargo, yo he decidido mantenerme fiel al sueño americano. La libertad no es algo con lo que se nace, sino que hay que ganársela y cuidarla. En esta vida, nadie te regala nada.

¿Cuál es su modelo de héroe?

Para mí, un héroe es un tipo que todos los días se levanta temprano, que besa a su hijo mientras aún duerme, sale a la calle a enfrentar el frío y el cansancio, y vuelve a casa a la noche con el pan del día ganado en buena ley. Hay héroes en todas las ciudades, en todas las manzanas, hasta en su propia casa. Héroe no es solamente un tipo que arriesga su vida para salvar a sus compañeros de un avión en llamas, o un tipo que enfrenta a mano limpia un nido de ametralladoras. Hay que buscar héroes en el ejemplo cotidiano.

¿Qué piensa de la desaparición de su compañero Bucky?

Bucky fue un gran compañero y un gran amigo. Lo quise como al hijo que nunca tuve. Él no tenía la fuerza de otros héroes que me acompañaron a lo largo de mi carrera, pero lo que le faltaba de fuerza lo compensaba con astucia, coraje y determinación.

¿A qué le teme? ¿Tuvo miedo alguna vez al entrar en acción?

Por supuesto que si. Siempre se tiene miedo.

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